Acumuladores LTH en la historia
Hablar del nacimiento de un líder como LTH es hablar de la marca de acumuladores más fuerte en los registros de la historia automotriz en América Latina. Su éxito nos invita a recapitular sus pasos, tratar de comprender sus inicios y conocer las fórmulas de éxito que durante más de 90 años ha aplicado, llevando a estas tres letras, al nivel que hoy ostentan. El nacimiento de LTH EL ALMA DE TU AUTOMÓVIL se da en el marco de un México post revolucionario. Era el año de 1928 cuando todavía el olor a pólvora quemada, de la recién apagada Revolución mexicana, fluía en la mente y en los recuerdos. El recién reelecto presidente de México, Álvaro Obregón, moría abatido por las balas de un fanático religioso, cuya acción cimbró la estructura política de la nación y su estabilidad económica. Tres presidentes le sucedieron en breves períodos de dos años. Fueron épocas turbulentas y de incertidumbre.
LTH el alma de tu automóvil
En ese contexto, un joven chihuahuense de 20
años, llamado Luis T. Hernández que recién había
estudiado “electricidad” por correspondencia,
trabajaba en su taller mecánico buscando mejorar
el sistema de la manivela del arranque del motor
de los automóviles (el “cran”), sin embargo, sabía
que esa técnica de arranque automotriz estaba
por desaparecer para dar paso a la energía
eléctrica almacenada. Fue así como decidió
enfocar sus esfuerzos en crear una batería que
mantuviera la carga durante un tiempo
considerable.
Enfundado con su ropa de
trabajo, que consistía en
un pantalón de pechera,
camisa de mangas
arremangadas y un
sombrero de alas anchas
que lo protegía del intenso
sol regiomontano, Luis T.
Hernández realizó
exhaustivas pruebas antes
de ofrecer el primer
acumulador eléctrico al
que le pondría sus iniciales
como nombre.
Precisamente, durante
varias décadas y
desconociendo esta
historia, los usuarios de la
marca LTH se han preguntado y especulado
si las siglas tenían algún
significado asociado con
luz, con tecnología u otro
elemento. En realidad
estas siglas representan el nombre de su fundador, quien
siempre se dio a conocer con
el nombre de Luis Terrazas
Hernández.
Pero en el año 2008, justo en
el aniversario ochenta de esta
legendaria marca, la historia
sobre el origen de su nombre da un nuevo vuelco al
descubrir, gracias a
reveladores testimonios de
los propios familiares de
Luis T. Hernández, que el
verdadero nombre de este
chihuahuense distinguido
fue Luis Trinidad Hernández
Terrazas, por lo tanto LTH significa Luis Trinidad
Hernández, si es que se
desea leer en el orden
correcto y con estricto
apego a su nombre.
Fuente: Libro 80 años LTH
Autor: Mario Clío
El escritor regiomontano Mario Clío escribió un libro que se refiere a la historia del acumulador LTH, El Alma de tu Automnóvil. Un tomo de recopilación histórica que sale publicado en 2009 a raíz del cumplimiento del 80 aniversario de esta marca de acumuladores en México. El proyecto producido por Johnson Controls Incorporation, compañía propietaria de esta franquicia, busca rescatar en las páginas de este texto la historia más relevante de lo que representa esta marca en los automovilistas mexicanos. Para la realización de este documento, el investigador histórico realizó una serie de entrevistas, investigaciones y documentaciones. Entre los personajes que charlaron con él para el proyecto se encuentra Eugenio Clariond, uno de los tres propietarios que ha tenido LTH en su historia, Rodofo González, Felipe Múzquiez, Enrique Luis González, Sergio Malacón, ex directivos de esta firma. El libro habla de las leyendas, anécdotas, formulaciones, hasta de las estrategias publicitarias que se han desarrollado a lo largo del siglo XX y principios del XXI.
Historia sobre la Batería
En los automóviles impulsados a gasolina o diésel, el acumulador es el que proporciona energía eléctrica, no solo para el motor de arranque, sino para también para mantener el motor del coche encendido. Se cree que la invención de la batería data alrededor del año 250 AC. Para el año 1936, en lo que actualmente es Irak, fueron descubiertas unas vasijas de barro que contenían cilindros de cobre, junto con una barra de hierro corroído. La corrosión de la varilla permitió a los investigadores concluir de que aquellos frascos eran una forma de tecnología de batería, las cuales se utilizaban para la producción de joyería y orfebrería.
La invención de la batería moderna se le atribuye a Alessandro Volta, quien el 20 de marzo de 1800 comunica su invento de la pila a la Royal Society. Tres años más adelante, en el año 1803. Johann Wilhelm Ritter construye su primer acumulador eléctrico. Para 1936 John Frederic Daniell inventa su pila Daniell, tomando como base la pila de Volta, pero con la mejora que evitaba la acumulación de hidrógeno. Ocho años más tarde, en 1844, William Robert Grove inventa la pila homónima, la cual por ser más evolucionada y aumentada se emplea en las redes telegráficas de Estados Unidos hasta el año 1860.
En 1860, el físico francés Gastón Planté construye el primer modelo de batería de plomo y ácido, sin embargo, al principio no fue muy aceptada, pero para 1879 tuvo una acogida mucho mejor a causa de que la electricidad se iba convirtiendo en algo común. La novedad era que a diferencia de las baterías anteriores, esta era recargable. Su invento consistía en electrodos de plomo sumergidos en ácido sulfúrico. Gracias a esta nueva tecnología de celda húmeda era capaz, no solo de producir una corriente alta, sino también invertir dicha corriente para autocargarse, por lo que fue la ideal para ser usada en la industria automotriz.
Fuentes: Wikipedia y motoryracing